Que bien le venía a nuestro centro una buena manita de pintura, y un buen puñao de sonrisas y buenas ideas. Y sobretodo gente.
Rousseau defendía una vuelta a la aldea...quizás no sea tan mala idea.
Y es que nuestro centro lo tiene todo...sólo tenemos que saber mirar, levantar los ojos del suelo, y acostumbrar nuestros dormidos ojos a la luz del sol.
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