10 de julio de 2012

La marcha negra


Estos no son cuatro estudiantes adolescentes con las mochilas cargadas de libros, con estos no son tan gallitos, fuertes trabajadores con las manos curtidas que se juegan su futuro y el de sus familias...


Quizás no sean las formas, quizá tampoco el contenido...pero a mi me han entrado ganas de ir a Madrid, aunque sólo sea a aplaudir y gritar, gritar, y gritar hasta reventar...¡No es esto lo que queremos, no es para esto que existimos, no nos gusta este juego!



El viejo Siset me hablaba 
al amanecer, en el portal, 
mientras esperábamos 
la salida del sol 
y veíamos pasar los carros. 

Siset: ¿No ves la estaca 
a la que estamos todos atados? 
Si no conseguimos 
liberarnos de ella 
nunca podremos andar. 

Si tiramos fuerte, la haremos caer. 
Ya no puede durar mucho tiempo. 
Seguro que cae, cae, cae, 
pues debe estar ya bien podrida. 

Si yo tiro fuerte por aquí, 
y tú tiras fuerte por allí, 
seguro que cae, cae, cae, 
y podremos liberarnos. 

¡ Pero, ha pasado tanto tiempo así ! 
Las manos se me están desollando, 
y en cuanto abandono un instante, 
se hace más gruesa y más grande. 

Ya sé que está podrida, 
pero es que, Siset, pesa tanto, 
que a veces me abandonan 
las fuerzas. 
Repíteme tu canción. 

Si tiramos fuerte ... 

Si yo tiro fuerte por aquí ... 

El viejo Siset ya no dice nada; 
se lo llevó un mal viento. 
- él sabe hacia donde -, 
mientras yo continúo 
bajo el portal. 

Y cuando pasan 
los nuevos muchachos, 
alzo la voz para cantar 
el último canto 
que él me enseñó. 

Si tiramos fuerte ... 

Si yo tiro fuerte por aquí, 
y tú tiras fuerte por allí, 
seguro que cae, cae, cae, 
y podremos liberarnos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario